“¿VOLAR ERA MAS
DIVERTIDO ANTES DE LAS PELICULAS A BORDO?”
Si el futuro del entretenimiento a bordo son los aparatos de
realidad virtual y el presente son las películas, la música y el wifi, entonces
el pasado era una cuestión más social que consistía en barajas, conversaciones
y cocteles.
Las aerolíneas de la actualidad están en una carrera por
ofrecer las emociones digitales más novedosas para impedir que los pasajeros
obsesionados con los dispositivos hagan críticas negativas y opten por los
rivales más avanzados en cuanto a tecnología.
Pero hubo un tiempo en el que volar en sí era novedoso. Como
lo revelan las imágenes de la diversión en los vuelos del ayer, proporcionadas
por AirlineRatings.com, si necesitabas entretenimiento adicional, básicamente
te las arreglabas como pudieras o aprovechabas los tragos sin costo.
Pasajeros emocionados
La primera película en vuelo se proyectó en 1921; se trató de
un corto titulado Howdy Chicago, en un vuelo de Aeromarine Airways hacia esa
ciudad.
Además, los primeros barcos voladores que hacían el trayecto
de Londres a Australia en 37 días, en la década de 1930, tenían tiempo y
espacio para jugar a los aros, al golf o para pasear en la cubierta.
Sin embargo, las películas se volvieron algo usual en los
vuelos hasta principios de la década de 1960.
"Volar en las décadas de 1950 y 1960 era muy diferente:
seguía siendo el reino de los más ricos, a quienes les daba gusto sumergirse en
clásicos como Guerra y paz", explica a CNN Travel Geoffrey Thomas, editor
en jefe de AirlineRatings.com.
"A los pasajeros les emocionaba tanto viajar en jet que
era entretenimiento suficiente".
Sofisticación
Incluso en los primeros 747 de la década de 1970, se
proyectaba una película preseleccionada y podías escucharla con unos audífonos
estilo estetoscopio, que consistían en un tubo de plástico con un audífono.
Las pantallas minúsculas, de 2.7 pulgadas, se instalaron en
los respaldos de los asientos en 1988. Pronto, las aplicaciones con las que
puedes tener acceso a contenidos personalizables desde la nube (que ni siquiera
eran un concepto en 1988) serían la norma.
El entretenimiento ya no tiene nada que ver con los días en
los que la cúspide de la sofisticación era un buen gin & tonic y una buena
partida de rummy.
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