“A COMER RICO EN 7
DESTINOS DE PLAYA EN MÉXICO”
Sol, arena, mar, cervezas bien frías y comida rica. Ese es el
máximo sueño cuando pensamos en vacaciones en la playa, ¿cierto?
Como queremos que comas muy bien en tu próxima escapadita a
la playa te compartimos algunos lugares para hacerlo en las Baja Californias
–Ensenada y Todos Santos-, Sinaloa –Mazatlán-, Jalisco –Puerto Vallarta-,
Guerrero –Ixtapa Zihuatanejo y Acapulco- y Quintana Roo –Holbox-.
Todos Santos
Después de recorrer Los Cabos, toma el auto y maneja hacia el
pequeño pueblo de Todos Santos –ese que alberga el famoso Hotel California-. El
chef Javier Plascencia decidió apostarle a este sitio para inaugurar su
restaurante más nuevo, Jazamango.
Con la filosofía del “huerto al plato”, aquí comerás muchas
ensaladas, ceviches, aguachiles, burritos con machaca y tortillas hechas a
mano, lechón en caja china, quesos de Baja California y más.
Ensenada
Los chefs Drew Deckman –del restaurante Deckman’s en el
Mogor-, Javier Plascencia –de Misión 19 y otros-, Solange Muris –de Manzanilla-
y Hans Backhoff –director de la vinícola Monte Xanic- recomiendan restaurantes
de alta cocina, hasta carretas de mariscos como La Guerrerense y Mariscos El
Güero y el mejor lugar para desayunar: La cocina de doña Esthela.
Y como Ensenada es un paraíso de cerveza artesanal será
necesario que visites alguno de sus tap rooms, como el de Wendlandt –una de las
cervecerías más reconocidas de Baja California- o Canneria a la orilla del mar
y con botanas de campeonato.
Mazatlán
Los camarones, el pulpo, los pescados y mariscos en todas sus
variedades son los protagonistas de la comida típica regional de este puerto.
Para desayunar, nada como el Restaurante Panamá (no olvidamos el famosísimo pay
de guayaba verde de postre) o el mochomo sinaloense de La mazatleca o
Restaurante Pancho’s, que son chilaquiles, huevos revueltos y machaca con camarón.
El hogar de uno de los mejores asados de res –además de
tostadas, tacos y pozoles- es la Cenaduría Tachita, mientras que para mariscos
ultrafrescos nada como los vendedores que caminan sobre las playas y las
“charangueras”, es decir, las mujeres que venden camarones de la mejor calidad
en la calle Aquiles Serdán.
¿Antojo de banda, mariscos y cerveza? La respuesta está en
alguna de las sucursales de El Muchacho Alegre.
Puerto Vallarta
No hay por qué arriesgar unas buenas vacaciones con mala
comida. Este destino de playa en Jalisco ha crecido tanto que ya existen
propuestas de alta cocina francesa como Café des Artistes –del chef Thierry
Blouet- y hoteles boutique rústicos con una cocina excepcional y vista al mar
de ensueño, como Casitas Maraika.
Lo mejor es que aquí se come rico con cualquier presupuesto.
En este enlace encuentras propuestas que van desde una lonchería y cenaduría
con los mejores desayunos de la ciudad, hasta un pequeño restaurante a la
orilla del mar llamado El Barracuda y un sitio de paninis, pastas y muy buen
vino de nombre Benitto’s Paninoteca.
Vale la pena ir a desayunar a La Palapa por sus huevos
benedictinos de jaiba azul en salsa holandesa de chipotle y al Restaurante Trío
por los ravioles abiertos con salsa de langosta del chef Bernhard Güth.
Ixtapa Zihuatanejo
El mar significa pescados y mariscos, por supuesto. Sin
embargo, siempre hay restaurantes que salen de lo habitual y ofrecen otro tipo
de cocina. La mejor comida italiana, por ejemplo, está en Beccofino
–restaurante supervisado por un italiano con más de 30 años de experiencia en
establecimientos en Europa y México- y las pizzas al horno y costillitas BBQ en
Emilio’s.
Acapulco
Digan lo que digan, Acapulco siempre tendrá un lugar especial
en el corazón de los mexicanos, especialmente los capitalinos. Es un destino
turístico tan importante y clásico que hasta tiene su propio cebiche -llamado
cebiche Acapulco y creado en el restaurante Pipo’s, uno de los lugares más
tradicionales para comer mariscos en el puerto-.
Aquí se comen excelentes pescados y mariscos –no dejes de ir
al mercado/restaurante La Trainera-, pero también maravillosa comida italiana
–en Becco al Mare- o fusión mexicana-tailandesa –en Zibu-.
Holbox
Aterrizar en Cancún. Viajar en camión por más de tres horas a
Chiquila. Abordar una lancha que en 20 minutos te lleva hasta Holbox. Después
de este largo viaje es probable que mueras de hambre, pero comer en esta isla
es diferente a hacerlo en otras playas mexicanas, desde su vasta oferta en
proporción a las pocas calles que tiene, hasta los horarios para ir a un
restaurante.
Puedes comer en lugares elegantes y modernos como el hotel
Las Nubes –con un atardecer absolutamente perfecto- o en sitios más modestos,
pero igualmente deliciosos como en Pizzería Edelyn –con su famosa pizza de
langosta- o en Villa Mar –el pescado lisa es la especialidad de doña Norma
Argaes, pregunta por los platos del día.
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