“VIAJA Y RESCATA
ANIMALES EN PELIGRO, TE DECIMOS CÓMO”
Se celebró el Día Mundial de la Vida Silvestre y por ello te
proponemos seis viajes que crean conciencia y te ponen en acción al cuidar y
rescatar especies en peligro. Puedes abrazar koalas, salvar tortugas y caminar
de la mano con chimpancés. En algunos programas de voluntariado ofrecen paseos
gratis.
A salvar a los
"Big Five"
Identificar huellas de elefantes, reubicar rinocerontes para
protegerlos de la caza furtiva y monitorear a través de cámaras nocturnas el
comportamiento de manadas de leones, son algunas de las tareas que vas a
realizar dentro de la reserva privada de Phinda, ubicada en la ciudad de
Durban, al norte de Sudáfrica.
Aquí no existen los safaris turísticos. En su lugar, se
ofrecen proyectos de voluntariado a partir de dos y hasta 12 semanas para que
apoyes a los zoólogos y veterinarios que diariamente patrullan la reserva, en
busca de ejemplares heridos o huérfanos.
Tú participas en todo. Para familiarizarte con el ritmo de
trabajo, todas las mañanas, los especialistas imparten pláticas para aprender
el manejo de especies, así como la conservación de su hábitat. En ocasiones,
viajas a otras reservas para introducir especies que se puedan reproducir y así
aumentar la biodiversidad.
La gran recompensa a tu labor es que puedas ver y quizá tocar
a los famosos "Big Five". Este término se adoptó durante el
colonialismo en África para nombrar a los animales (león, elefante, búfalo,
leopardo y rinoceronte) que representaban dificultad y peligro para los
cazadores de la época.
Sin embargo, durante el viaje también tienes la posibilidad
de ver otras especies, como hienas, guepardos, jirafas, cebras y aves. Incluso,
aprendes a pilotar drones para encontrar manadas de hasta 30 elefantes.
Todas las noches, alrededor de una fogata, compartes tus
experiencias del día con otros voluntarios.
Cuánto cuesta: desde tres mil 170 dólares. Incluye hospedaje,
alimentación, asistencia las 24 horas y vuelos internos.
Teje hamacas para osos
en Camboya
Si pensamos en el sureste asiático, inmediatamente vienen
imágenes de templos, monjes y budas. Sin embargo, también es una región de
reservas dedicadas a salvar especies en peligro de extinción, como el oso
tibetano, igualmente llamado oso negro asiático. Uno de sus santuarios más
importantes se encuentra al sur de Phnom Penh, capital de Camboya.
Se trata del Centro de Rescate de Vida Silvestre Phnom Tamao,
que abre sus puertas a viajeros que quieran apoyar en la rehabilitación de osos
rescatados de la explotación comercial, a cambio de hospedaje, alimentación y
tours gratuitos.
Entre las labores principales que debes realizar está la
elaboración de hamacas de cuero (en ellas los osos pasan la mayor parte del
día), preparar y distribuir la dieta diaria de los animales y hacer trabajos
para la mejora del centro, como pintar bardas o arreglar sus jardines.
Los cuidadores serán tus maestros para cada tarea. Además, te
enseñan movimientos y sonidos que debes emitir para que los osos no teman tu
presencia, sobre todo las crías, con las que juegas gran parte del día.
Los fines de semana son libres para que explores los
atractivos del país, como los templos de Angkor, a hora y media de camino desde
la reserva. También hay opción de conocer la Isla Rong, con cuevas de arena y
un extenso arrecife.
Cuánto cuesta: desde 803 dólares por una semana. Solo para
mayores de 18 años.
Abraza y cura un koala
australiano
Los koalas son heridos por incendios forestales o maltratados
a causa de la explotación de su piel. Estos son algunos de los casos con los
que te enfrentas cuando eres voluntario en Lone Pine, el santuario de koalas
más grande y antiguo del mundo, fundado en 1927 y ubicado en el estado de
Queensland (Australia), la puerta de entrada a la Gran Barrera de Coral.
Esta reserva ofrece programas de voluntariado para
extranjeros que van de cuatro a 12 semanas. Durante ese tiempo suministras
medicamentos, seleccionas las especies de eucalipto que deben comer los koalas,
participas en la limpieza de guaridas y alimentas con biberón a los recién
nacidos, entre otras tareas.
El programa también incluye viajes cortos a bosques y
pequeñas islas para monitorear y actualizar los censos de los koalas que viven
en libertad.
Durante tu estancia tienes uno o dos días libres, dependiendo
el tiempo que dure tu trabajo de voluntariado, para realizar alguna excursión.
Una de las mejores opciones es el Parque Nacional Isla Moreton para ver su
cementerio de barcos y un gigantesco arenal.
Si no quieres "turistear", el santuario te permite
alternar tu labor con otros programas de conservación, como el rescate de la
orfandad de canguros y ornitorrincos.
Cuánto cuesta: desde mil 795 dólares por cuatro semanas.
Incluye hospedaje en casa local y alimentos.
Por la conservación del
panda gigante
Las provincias de Sichuan, Shanxi y Gansu, al oeste de China,
son los únicos lugares donde puedes encontrar a los bonachones pandas gigantes.
Existen varios santuarios distribuidos en la región, pero ninguno como el
Centro de Investigación en la Crianza de Pandas Gigantes de Chengdu, la capital
de Sichuan, que abrió sus puertas en 1987.
El lugar es una recreación del hábitat natural de los pandas:
el bosque de montaña. Aquí, entre junio y julio, se puede programar una
estancia de 15 días para apoyar en las labores de conservación, que van desde
recolectar bambú para su alimentación, pesar las heces para supervisar su
salud, cuidar de pandas bebés y hasta hacer pasteles para celebrar el
cumpleaños de algún oso.
Durante el día se ofrecen pláticas para aprender las
características de estos mamíferos y su situación actual como especie en
peligro de extinción.
Por las noches, el staff del centro se convierte en tu guía
de turistas y te lleva a comer dumplings, a caminar por un parque tapizado de
bambú o a disfrutar de un espectáculo de ópera china.
Los fines de semana son libres y puedes aprovechar para
conocer el Gran Buda de Leshan; desde Chengdu hay tours guiados.
Cuánto cuesta: cuatro mil 895 dólares. Incluye vuelo redondo
Beijing-Chengdu, estancia en algún hotel cercano al centro, todos los
alimentos, transportación local y recorridos a pie por la ciudad.
Los chimpancés de Jane
Goodall
"El lugar más maravilloso del mundo": así fue como
Jane Goodall (la primatóloga más destacada de nuestros tiempos) bautizó a
Chimfunshi, el santuario de chimpancés más grande del planeta, al norte de
Zambia. Si eres amante de estos primates, debes saber que el santuario tiene un
programa de voluntariado para apoyar en la crianza de chimpancés rescatados de
circos y zoológicos. Gran parte del tiempo debes dedicarlo a emprender
caminatas, tomado de la mano de un ejemplar para incentivar su salud física, o
elaborar juguetes que lo mantenga mentalmente activo. Con un poco de suerte, puedes
asistir a los veterinarios en un parto.
Pero, no todo es trabajo: el programa incluye paseos en kayak
por el río Kafue, observación de estrellas y noches de cine al aire libre.
También pueden llevarte a las Cataratas Victoria, a una hora del santuario.
Cuánto cuesta: desde dos mil 122 dólares por dos semanas.
Incluye hospedaje y alimentos.
Tortugas y ballenas en
Costa Rica
Al sur de Costa Rica y mirando hacia el Pacífico, encontrarás
Playa Tortuga, una reserva y centro biológico de investigación donde se
protegen cuatro de las ocho especies de tortugas que existen en el planeta:
lora, carey, verde y laúd. Esta última, considerada la más grande del mundo,
puede medir hasta dos metros y medio de largo.
Durante seis días, como mínimo, puedes unirte a sus
cuadrillas de biólogos y protectores, quienes trabajan monitoreando nidos,
salvaguardando los huevos de los cazadores y patrullando por las noches la
reserva, por si sucede un arribazón de tortugas. Este fenómeno se presenta
comúnmente de agosto a octubre. Por supuesto, también apoyas en la liberación
de crías.
Otro de los proyectos de conservación que ofrece Playa
Tortuga es el inventario de mamíferos, como monos capuchino y ocelotes, con la
ayuda de cámaras escondidas en la selva. El trabajo solo se realiza de noche,
cuando los animales están más activos.
De diciembre a marzo, hay voluntariado dentro del Parque
Nacional Marino Ballena; gracias a su cercanía con Playa Tortuga, el staff de
la reserva se traslada a este sitio para limpiar el mar donde llegan a
reproducirse hasta 700 ballenas jorobadas.
Cuánto cuesta: desde 300 dólares por persona, para una
estancia de seis días. Incluye hospedaje y alimentos. Debes aplicarte la vacuna
contra la fiebre amarilla para poder ingresar.
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