lunes, 29 de mayo de 2017


“NEUROTURISMO: ASI LEEN TU MENTE PARA AVERIGUAR QUE TE HA GUSTADO DE UN VIAJE”

Tal y como lo demuestra un reciente estudio llevado a cabo en Singapur, esto sería posible de manera que ahora se plantea la posibilidad de crear rutas en función de lo que los viajeros quieran sentir.

Hasta ahora, la mejor forma de conocer el nivel de satisfacción de un viajero durante su estancia no era otra que recurrir a las típicas encuestas en las que, con mayor o menor sinceridad, los turistas suelen puntuar las distintas actividades de las que han podido disfrutar durante su estancia. Sin embargo, en pleno siglo XXI la tecnología se muestra como una aliada a la hora de conocer de primera mano qué sienten exactamente los visitantes.

Así lo demuestra un reciente estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores de dos universidades australianas que han recurrido a la electroencefalografía (la misma tecnología que se utiliza para diagnosticar trastornos del sueño o casos de epilepsia) para captar las señales cerebrales de cada uno de los miembros de las cinco familias que participaron en la investigación durante su visita turística a Singapur.

De esta forma, y gracias a una discreta diadema con sensores desarrollada por la compañía australiana Emotiv que se coloca en la cabeza de los viajeros, los responsables del estudio pudieron comprobar cómo reaccionaban los cerebros de los participantes del estudio ante todas y cada una de las actividades que llevaron a cabo durante su estancia en el país asiático.

“Los estudios y las encuestas son susceptibles a todo tipo de influencia, desde la forma en que está redactada una pregunta hasta la ropa que lleva el entrevistador”, recuerda el profesor Joel Pearson, uno de los responsables del trabajo. Sin embargo, conocer directamente a través de las señales cerebrales cuáles son las emociones experimentadas por los viajeros tendría mucho más valor que un simple cuestionario.

“Nuestros resultados muestran que existe una gran variedad de experiencias que la gente puede tener en Singapur y que van desde aventuras emocionantes hasta actividades en jardines tranquilos”, explica Peter Simpson-Young, experto en Neurotecnología de la Universidad de Sidney y otro de los responsables del trabajo.

El estudio —que ha medido los niveles de emoción, diversión, felicidad, interés, estrés y relajación que sentían los participantes— ha servido también para demostrar que, si bien dos personas no reaccionan de forma idéntica ante la misma situación, sí que hay grupos de turistas que sienten emociones similares en una escapada.

Sin ir más lejos, la investigación ha permitido derribar algún que otro tópico respecto a los niños que van de viaje con sus familias. En base a las emociones medidas por los científicos, los más pequeños de las familias participantes fueron un 10% más felices deleitándose con la gastronomía local frente a cuando recurrieron a platos occidentales disponibles en Singapur. Y no es la única sorpresa asociada a los turistas infantiles: según la investigación, los niños disfrutan visitando galerías y museos tanto como lo hacen cuando conocen el zoo.

Además, todos los participantes se mostraron mucho más felices e incluso se llegaron a divertir más cuando la experiencia era gratis. Al contrario de lo que pudiera parecer, actividades como un simple paseo por las bulliciosas calles del Chinatown de Singapur proporcionaron una mayor satisfacción que aquellas otras que implicaban el pago de una entrada.

UNA GUÍA EMOCIONAL

Aprovechando los datos proporcionados por este estudio basado en el neuroturismo, las autoridades de Singapur (que financiaron la investigación a través del Singapore Tourism Board) han creado una suerte de guía turística emocional para que los futuros visitantes de este país del sudeste asiático puedan hacer un recorrido determinado en función de los sentimientos que deseen experimentar durante sus vacaciones.

Así, y basándose en las emociones experimentadas por los participantes del estudio, las propias autoridades turísticas de Singapur recomiendan que aquellos visitantes que busquen en sus islas algo de felicidad comiencen por conocer su Museo de Historia Natural, para luego acceder al parque de aves más grande de todo el continente y terminar en el ArtScience Museum, en el que los más pequeños estarán entretenidos con su muestra de arte interactivo.

Para relajarse, sin embargo, la ruta comenzará con un paseo por el río Singapur y culminará con una tarde de ocio en Kampong Glam, el histórico barrio árabe de Singapur. Mientras tanto, un viaje en el teleférico y un paseo por los singulares Jardines de la Bahía han demostrado potenciar la diversión entre los turistas que llegan a esta ciudad-estado.

En definitiva, la ciencia parece estar dispuesta a colarse como un elemento más a tener en cuenta a la hora de planificar un viaje de placer. Más allá de cuestiones tan importantes como el presupuesto o las propias características del destino, lo cierto es que apostar por determinadas emociones para disfrutar al máximo de unas vacaciones parece ser una de las posibles razones por las que decantarse por uno u otro lugar.

De hecho, en caso de que el neuroturismo se generalice, los viajeros no solo podrán decidir qué actividades llevar a cabo en sus destinos vacacionales, sino que, con discretas diademas como las empleadas en el estudio realizado en Singapur, podríamos llegar a conocer exactamente qué experiencias han sido más satisfactorias durante nuestro viaje, de cara a conocernos más a fondo y a programar mejor los próximos.

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