“NEUROTURISMO: ASI LEEN
TU MENTE PARA AVERIGUAR QUE TE HA GUSTADO DE UN VIAJE”
Tal y como lo demuestra un reciente estudio llevado a cabo en
Singapur, esto sería posible de manera que ahora se plantea la posibilidad de
crear rutas en función de lo que los viajeros quieran sentir.
Hasta ahora, la mejor forma de conocer el nivel de
satisfacción de un viajero durante su estancia no era otra que recurrir a las
típicas encuestas en las que, con mayor o menor sinceridad, los turistas suelen
puntuar las distintas actividades de las que han podido disfrutar durante su
estancia. Sin embargo, en pleno siglo XXI la tecnología se muestra como una
aliada a la hora de conocer de primera mano qué sienten exactamente los
visitantes.
Así lo demuestra un reciente estudio llevado a cabo por un grupo de
investigadores de dos universidades australianas que han recurrido a la electroencefalografía (la misma tecnología que se utiliza
para diagnosticar trastornos del sueño o casos de
epilepsia) para
captar las señales cerebrales de cada uno de los miembros de las cinco familias
que participaron en la investigación durante su visita turística a Singapur.
De esta forma, y gracias a una discreta diadema con sensores
desarrollada por la compañía australiana Emotiv que se coloca en la cabeza de los
viajeros, los responsables del estudio pudieron comprobar cómo reaccionaban los
cerebros de los participantes del estudio ante todas y cada una de las
actividades que llevaron a cabo durante su estancia en el país asiático.
“Los estudios y las encuestas son susceptibles a todo tipo de
influencia, desde la forma en que está redactada una pregunta hasta la ropa que
lleva el entrevistador”, recuerda el profesor Joel Pearson, uno de los responsables del
trabajo. Sin
embargo, conocer directamente a través de las señales cerebrales cuáles son las
emociones experimentadas por los viajeros tendría mucho más valor que un simple
cuestionario.
“Nuestros resultados muestran que existe una gran variedad de
experiencias que la gente puede tener en Singapur y que van desde aventuras
emocionantes hasta actividades en jardines tranquilos”, explica Peter Simpson-Young, experto en Neurotecnología de la
Universidad de Sidney y otro de los responsables del trabajo.
El estudio —que ha medido los niveles de emoción, diversión,
felicidad, interés, estrés y relajación que sentían los participantes— ha
servido también para demostrar que, si bien dos personas no reaccionan de forma
idéntica ante la misma situación, sí que hay grupos de turistas que sienten
emociones similares en una escapada.
Sin ir más lejos, la investigación ha permitido derribar
algún que otro tópico respecto a los niños que van de viaje con sus familias.
En base a las emociones medidas por los científicos, los más pequeños de las
familias participantes fueron un 10% más felices deleitándose con la
gastronomía local frente a cuando recurrieron a platos occidentales disponibles
en Singapur. Y no es la única sorpresa asociada a los turistas infantiles: según
la investigación, los niños disfrutan visitando galerías y museos tanto como lo
hacen cuando conocen el zoo.
Además, todos los participantes se mostraron mucho más
felices e incluso se llegaron a divertir más cuando la experiencia era gratis.
Al contrario de lo que pudiera parecer, actividades como un simple paseo por
las bulliciosas calles del Chinatown de Singapur proporcionaron una mayor
satisfacción que aquellas otras que implicaban el pago de una entrada.
UNA GUÍA EMOCIONAL
Aprovechando los datos proporcionados por este estudio basado
en el neuroturismo, las autoridades de Singapur (que financiaron la
investigación a través del Singapore Tourism Board) han creado una suerte de guía turística emocional para que los futuros visitantes de
este país del sudeste asiático puedan hacer un recorrido determinado en función
de los sentimientos que deseen experimentar durante sus vacaciones.
Así, y basándose en las emociones experimentadas por los
participantes del estudio, las propias autoridades turísticas de Singapur
recomiendan que aquellos visitantes que busquen en sus islas algo de felicidad
comiencen por conocer su Museo de Historia Natural, para luego acceder al
parque de aves más grande de todo el continente y terminar en el ArtScience Museum, en el que los más pequeños estarán
entretenidos con su muestra de arte interactivo.
Para relajarse, sin embargo, la ruta comenzará con un paseo
por el río Singapur y culminará con una
tarde de ocio en Kampong Glam, el histórico barrio árabe de Singapur. Mientras tanto, un
viaje en el teleférico y un paseo por los singulares Jardines de la Bahía han demostrado potenciar la
diversión entre los turistas que llegan a esta ciudad-estado.
En definitiva, la ciencia parece estar dispuesta a colarse
como un elemento más a tener en cuenta a la hora de planificar un viaje de
placer. Más allá de cuestiones tan importantes como el presupuesto o las
propias características del destino, lo cierto es que apostar por determinadas
emociones para disfrutar al máximo de unas vacaciones parece ser una de las
posibles razones por las que decantarse por uno u otro lugar.
De hecho, en caso de que el neuroturismo se generalice, los
viajeros no solo podrán decidir qué actividades llevar a cabo en sus destinos
vacacionales, sino que, con discretas diademas como las empleadas en el estudio
realizado en Singapur, podríamos llegar a conocer exactamente qué experiencias
han sido más satisfactorias durante nuestro viaje, de cara a conocernos más a
fondo y a programar mejor los próximos.
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