“LA HISTORIA QUE
ESCONDE EL DIA DE AÑO NUEVO”
El Año Nuevo comenzó a festejarse el 1 de enero hace
relativamente poco tiempo; fue el papa Gregorio XIII quien lo dispuso en 1582
para todos los países católicos, al inaugurar el calendario en vigencia, que
sustituyó al juliano.
Luego, poco a poco, las restantes naciones lo incorporaron
-los rusos fueron los últimos, en 1917- y así también se aceptó en todo el
mundo que el año comenzara el 1 de enero y no el 21 de marzo o el 1 de abril,
como solía serlo en los viejos tiempos.
Según el calendario gregoriano, el próximo 1 de enero
comenzará el año 2007; pero como se estructuró sobre un error de cálculo
cometido por el monje Dionisio el Exiguo al fijar entre cuatro y cinco años
antes el comienzo de la era cristiana, la fecha sería muy otra.
Resultó que Dionisio estaba harto de que los años se
siguieran contando desde la asunción al trono del emperador Diocleciano, dado
que éste había perseguido con furia a los cristianos, y aprovechó el nuevo
calendario para hacerlo a partir del nacimiento de Jesús.
Tras establecer que el Niño Dios había nacido el 25 de
diciembre del año 753 ab urbe condita- es decir, desde la fundación de Roma-
decidió que el año uno de nuestra era coincidiera con el 754 AUC, sin
percatarse que para entonces la muerte de Herodes llevaba cuatro años de
ocurrida.
Ahí fue que surgió la pregunta: ¿cómo pudo Herodes mandar a
degollar al Mesías en la matanza de inocentes, si él mismo ya estaba muerto? El
recálculo denunció el error, pero el calendario gregoriano siguió tal cual.
Nuevos estudios basados en lo estimado en el siglo XVI por el
astrónomo Johann Kepler, en función de la aparición de la estrella de Belén -en
realidad, una triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el signo de
Piscis- llevaron a proponer que Jesús habría nacido a mediados de septiembre
del año 7 y no en diciembre del año 1.
Esto significa que el próximo 31 de diciembre no habría que
brindar por el año 2018, que ya pasó, sino por el año nuevo 2025.
Lo dicho no tiene demasiada relevancia, si se observa que
otros pueblos -que en lo civil se manejan con el calendario gregoriano-
celebran su año nuevo en otras fechas, en función de sus propias tradiciones
históricas o religiosas.
Por ejemplo, el Año Nuevo chino comienza entre enero y
febrero con la primera Luna nueva de Acuario; el Rosh Hashaná (cabeza de año)
judío empieza en el mes de Tisri del calendario hebreo, que equivale a
septiembre u octubre del gregoriano; y el Año Nuevo musulmán en el mes de
Muharram que, como obedece a un calendario lunar, puede caer en cualquier mes
gregoriano.
Respecto a los años, estos también son dispares: los chinos
viven en el año 4704 del Perro y el próximo 18 de febrero recibirán al año 4705
del Cerdo.
Los judíos transitan el 5767, que establecieron a partir de
la supuesta fecha del nacimiento de Adán; en tanto que los musulmanes, cuyo
almanaque comienza con la huida de Mahoma a Medina en el año 622, le restan
esta cifra al año gregoriano para saber en cuál viven: 1384.
En la ciudad de Buenos Aires, la ley 1550 sancionada en 2004,
instituyó el 21 de junio como año nuevo de los pueblos originarios, en función
de que ellos lo celebran en el solsticio de invierno, y, por tanto, ese día sus
hijos quedan exceptuados de concurrir a clase.
Sin embargo, el comienzo del año astronómico o natural
-basado en el ciclo de las estaciones- continúa siendo el equinoccio de
primavera en el Norte (de otoño en el Sur), esto es, entre el 20 y el 21 de
marzo, cuando el Sol "toca" el punto vernal y la rueda de las
estaciones recomienza su vuelta.
En la misma fecha comienza también el año astrológico: entre
el 20 y 21 de marzo el Sol "toca" el cero grado de Aries (o punto
vernal) primer signo del zodíaco, para luego ir avanzando, cada treinta días,
sobre cada uno de los restantes once signos.
Entonces, ¿cuándo realmente empieza el año nuevo? Los
astrólogos dicen que el año nuevo es personal y que empieza cuando uno llega al
mundo, es decir, el día del cumpleaños.
OTROS FINES DE AÑO
Generalmente el fin de año en muchas religiones y culturas se
da con el fin los ciclos solares, ya que en casi todas las religiones se le
asigna al sol el máximo poder.
En las culturas prehispánicas la celebración de fin de año
era cuando concluía el invierno e iniciaba la primavera.
Para los chinos el Año Nuevo Chino no puede ser convertido a
una fecha exacta del calendario gregoriano y puede ocurrir entre el 21 de enero
o el 21 de febrero. Se basa en el calendario lunar utilizado tradicionalmente
en China y la celebración cae en general, a la segunda luna llena, luego del
solsticio de invierno boreal, que es el 21 de diciembre.
El pueblo judío lleva otra cuenta, ya que no coincide con el
mismo calendario y tampoco toman como referencia el a.C. y d.C. Celebran su año
nuevo con el “Rosh-hashanáh” y cae dentro del mes de septiembre o comienzo de
octubre.
Otros Años Nuevos.
Algunos radicales ortodoxos celebran el 14 de enero al
mantener el calendario juliano.
La celebración del Año Nuevo Vietnamita, celebrado junto al
Año Nuevo Chino.
El Año Nuevo Islámico se celebra el 1 de Muharram,
aproximadamente fines de enero e inicios de febrero.
La celebración del Año Nuevo Tibetano se celebra entre enero
y marzo.
La celebración del Año Nuevo Iraní es para el equinoccio
vernal, el 21 de marzo.
También la celebración del Bahaísmo se da en el equinoccio
vernal, el 21 de marzo.
En Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala se celebra entre el
13 y 15 de abril.
Celebración del Año Nuevo Mapuche es el 24 de julio.
Celebración del Año Nuevo Inca, el 24 de julio.
Celebración del Año Nuevo Judío es generalmente en
septiembre.
Celebración del Año Nuevo Etíope, el 11 de septiembre.
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