“¿Es seguro viajar en
avión cuando está nevando?”
No es una ciencia exacta, pues no se puede decir que con una
nevada de 10 centímetros haya que cerrar un aeropuerto. Pero sí es posible
mencionar que todo el personal involucrado en las operaciones aéreas se
esfuerza para que, ante el mal tiempo, se garantice la seguridad.
Existen diversos mecanismos que se ponen en funcionamiento
cuando hay clima poco favorable. Por ejemplo, en el caso de Aena, la empresa
que gestiona aeropuertos españoles, sus terminales deben informar a las líneas
aéreas sobre el estado de las pistas en relación a la presencia de nieve o
hielo, así como removerlos. En función de su densidad, de los metros de pista
despejada o de si se trata de un despegue o un aterrizaje, la compañía decide
los posibles ajustes en sus operaciones.
La experiencia de un buen piloto de acuerdo con Ariel
Shocron, jefe del departamento técnico del Sindicato Español de Pilotos de
Líneas Aéreas, cuando un piloto empieza a volar lo hace con cielos despejados.
“Pero a medida que pasa el tiempo, puede conseguir una nueva habilitación para
volar en condiciones de poca visibilidad”. Más adelante, los pilotos son
capaces de volar con una ausencia de visibilidad que sorprende: 125 metros en
los despegues y una luz visible a 30 metros en los aterrizajes. Tanto aeropuerto
como piloto deben contar con certificación para hacer esto.
En procedimientos de baja visibilidad, apagar aparatos
eléctricos es crucial: cualquier señal puede distorsionar los parámetros de los
instrumentos empleados en despegue y aterrizaje.
Por un lado, el avión puede patinar, lo cual se solventa con
las tareas de limpieza de pistas. Por otro, antes del despegue se puede
acumular hielo o nieve en las alas. Para evitarlo se aplica en las alas una
solución viscosa a base de agua caliente y alcohol, que mantiene limpia la
superficie de las aeronaves durante unos 20 minutos. Una vez en el aire, los
aviones cuentan un sistema que aprovecha el calor de los motores para disolver
la acumulación de hielo en las alas.
Por si te lo preguntas, los aviones sí tienen limpiaparabrisas,
que nunca está de más para apartar el agua y la nieve. Los cristales delanteros
están formados por cuatro capas de cristal con una fina película de oro entre
una y otra, que calienta la nieve con electricidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario