“4 PLAYAS DE GUERRERO
QUE DEBES CONOCER, MÁS ALLÁ DE ACAPULCO”
Enramadas, hamacas, fogatas nocturnas y pequeños hoteles a la
orilla del mar son algunos de los "apapachos" que podrás darte en
estos rincones de la costa del Pacífico mexicano.
Playa Troncones:
cabalgatas solitarias y olas rebeldes
Este pequeño paraíso playero se localiza entre Acapulco e
Ixtapa-Zihuatanejo. Es visitado por lunamieleros que desean esconderse en
búngalos ecológicos construidos entre enormes rocas y con vista al océano. El
hotel Present Moment Retreat ofrece clases de yoga, masajes y cabalgatas a la
orilla del mar. Si te gustan las caminatas largas, entonces puedes contratar el
tour para descubrir cascadas en las montañas que custodian la playa. Troncones
también es para los viajeros que buscan montar las olas en una tabla de surf.
La Boca y La Saladita son los puntos donde el mar rompe con furia y se observa
a los surfistas experimentados.
Playa Ventura: date la
buena vida entre tortugas y fogatas
A 10 minutos del pueblo de Copala, encontrarás un destino que
solo sabe de hotelitos rústicos de apenas seis habitaciones y enramadas para
montar una casa de campaña y dormir arrullado por las olas. Así es Playa
Ventura, cuyos habitantes te invitan a pasar el día remando en un kayak entre
manglares, a encender una fogata para contemplar la Vía Láctea o a patrullar la
playa para resguardar huevos de tortugas golfina y laúd, las cuales llegan en
mayo. El atardecer es todo un espectáculo, no solo porque puedes ver al astro
rey como una gigante pelota naranja, sino porque es el momento en que las rayas
voladoras salen del mar.
Marquelia: la puerta de
entrada a la Costa Chica
Hay que viajar al sur de Guerrero, a solo dos horas de
Acapulco, para encontrar una franja de playas vírgenes y solitarias llamada
Marquelia. La Bocana y Las Peñitas son las zonas más buscadas para bañarse en
un mar tranquilo y acampar bajo una enramada. Sin embargo, también hay cabañas
ecológicas para una escapada romántica, como las de El Papalote. En los
pequeños restaurantes que se ubican a pie de playa, además de preparar la pesca
del día y disponer de albercas, también ofrecen recorridos a la Barra
Tecoanapa, una laguna alimentada por la desembocadura de cuatro ríos. Es un
punto importante para la observación de aves.
Pie de la Cuesta: mar y
laguna en un solo lugar
Unas cuantas enramadas con hamacas decoran el paisaje. Más
allá, la vista apenas distingue mesas y sillas de madera. Del otro lado, ahí
donde las olas bufan, pero también revuelcan a los aprendices de surf, pasean
los caballos, esperando que algún turista los monte para llevarlos a ver el
atardecer. Esto es solo una probadita de lo que significa pasar unas vacaciones
en Pie de la Cuesta, una playa ubicada a 30 minutos de Acapulco. Otra de sus
grandes características es estar rodeada por la laguna Barra de Coyuca, donde
se organizan paseos para observar aves y se puede comer en medio del agua. Es
"de ley" degustar un pescado a la talla.
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