“LA MEJOR CASA PARA
DISFRUTAR DEL PUERTO DE ACAPULCO”
El proyecto original sobre el que se realizó la reciente
intervención, construido en los años 60 por familiares de Hagerman, consistió en una de las casas típicas de
estilo moderno que tanto caracterizaron la arquitectura tropical mexicana de
aquella época tan añorada del bello puerto. El reto más importante fue adaptar
los nuevos programas y funciones a un cascarón con espacios obsoletos.
Casa La Solana se localiza en un terreno accidentado con una
pendiente decreciente, y su acceso se encuentra en la parte más alta del
terreno, donde se ubica el estacionamiento. La entrada principal a la
residencia cuenta con una sobria puerta de madera que guía al visitante a unas
escaleras de piedra descubiertas que, a su vez, conducen a un vestíbulo donde
convergen otros dos tramos de escaleras, uno que baja hacia el área pública y
otro que sube a la recámara principal.
El proyecto de Marcos —disponible para renta— está
contemplado como una serie de volúmenes que albergan las diferentes actividades
incluidas en el programa. El área pública, ubicada en el volumen principal,
alberga una sala y un comedor abiertos que no requieren ventanas, pues permiten
la entrada de ventilación natural durante todo el día. Este espacio se mantuvo
del proyecto original, ya que su distribución y su tamaño funcionaban de manera
correcta y se abre hacia la vista de la bahía. En el caso de la cocina, ubicada
detrás de la sala-comedor, se realizó una reconstrucción completa, ya que sus
sistemas resultaban obsoletos dada la evolución de un ambiente de estas
características.
El siguiente volumen, ubicado a un costado de la zona social,
alberga las habitaciones de la casa. Si bien este edificio fue reconstruido por
completo, respeta los ejes y las proporciones del edificio original,
permitiendo así una sincronía con el espacio envolvente. En el diseño de las
habitaciones se propusieron alturas generosas para favorecer el confort térmico
de los espacios y, sumado a esto, se diseñaron celosías de madera en abanico de
tres metros de altura.
A un costado de las recamaras se encuentra un family room,
que originalmente era una habitación que, al igual que el resto, se reconstruyó con las mismas medidas que las de la casa original, pero con
una altura más pronunciada.
Este volumen, en donde se ubican los dormitorios,
originalmente consistía de un solo nivel, lo que resultaba en espacios
pequeños. La solución de Hagerman fue colocar la alberca medio nivel por debajo
de las habitaciones, creando una mayor privacidad, y colocar la recámara
principal encima del resto de las habitaciones aprovechando la azotea. Mediante
estas estrategias se aprecia de manera muy clara la intención del arquitecto de
crear un basamento sólido de piedra sobre el cual se recargan líneas blancas y
ligeras que constituyen las losas, a lo que se suman las celosiÌas de madera
remetidas que obtienen jerarquía gracias a su
materialidad.
Si bien mucho de los elementos de esta reconstrucción son
completamente nuevos, la genialidad del proyecto Casa La Solana consiste en la
utilización de materiales locales y elementos arquitectónicos que combinan con
su entorno. Estas estrategias se suman a las excelentes orientaciones de la
residencia, ya que todos los espacios poseen vistas panorámicas hacia la bahía
del puerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario