“POR QUÉ ESTAS ISLAS QUIEREN CAMBIAR DE NOMBRE”
El pequeño archipiélago de las Islas Cook, en el Pacífico
sur, ya no quiere llamarse así. Prefiere un nombre que destaque su cultura
polinesia y no a un explorador británico.
Su gobierno implementó en enero pasado un comité para
encontrar un nombre autóctono para este archipiélago de 15 islas paradisiacas
situadas a unos tres mil kilómetros al noreste de Nueva Zelanda.
La idea inicial era la de incorporar la denominación indígena
al de las Islas Cook, siguiendo el modelo de su gran vecino, que a veces es
llamado Aotearoa-Nueva Zelanda. Pero el presidente del comité, Danny Mataroa,
precisó la semana pasada que desde el inicio de las discusiones surgió la
voluntad de renunciar al nombre actual.
Mataroa dijo que la denominación reflejaría el patrimonio
local y su fuerte fe cristiana.
El viceprimer ministro, Mark Brown, apoya la iniciativa,
aunque destaca que aún queda un largo camino antes de que el país de 12 mil
habitantes pueda ser llamado de otro modo, tal vez dos años, precisó Mataroa.
La nación autónoma quiere un nombre en la lengua maorí que se
habla en Islas Cook, y tiene 64 posibilidades hasta ahora, incluyendo Rangiaroa
("Amor de los cielos") y Raroatua ("En pie bajo Dios").
La fecha del asentamiento de las islas es incierta. Pero
Rarotonga, la más grande, podría haber sido colonizada desde el siglo IX.
El explorador español Álvaro de Mendaña fue posiblemente el
primer europeo en atisbar una de las islas a finales del siglo XVI. El
británico James Cook las exploró en la década de 1770 y el nombre "Islas
Cook" apareció por primera vez a principios del siglo XIX, según la web
del gobierno local.
En 1888 se convirtió oficialmente en protectorado británico y
en 1900 pasó bajo jurisdicción neozelandesa.
Se independizó en 1965, pero conservando estrechos lazos con
Wellington, que gestiona los asuntos exteriores y permite a sus habitantes
vivir y trabajar en Nueva Zelanda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario