“COSAS QUE UN AUXILIAR
DE VUELO JAMAS HARIA”
¿Qué no harías nunca en un vuelo? ¿Cuál es nuestra costumbre
más enervante? ¿Qué diferencia hay entre la comida de los pasajeros y la de la
tripulación? ¿Las mantas se reutilizan? Alamar pregunta y Lola, que trabaja en
una compañía lowcost, y Joao, en nómina de una estandard, responden. Ninguno
quiere revelar con que aerolínea vuelan y mucho menos su nombre real. Baste
decir que ambos son auxiliares de vuelo, que residen en España y que, aunque no
se conocen sus respuestas son inquietantemente parecidas.
El primer puesto se lo lleva algo que seguramente hayas hecho
más de una vez: comer directamente sobre la bandeja del asiento delantero:
"Si eres una persona escrupulosa es mejor que te asegures de que haya algo
entre la mesita y tu sandwich. En las compañias lowcost de corto radio solo se
limpian las mesitas por la noche, así que fácilmente pueden hacer entre cuatro
u ocho vuelos sin limpiarse y la gente hace cualquier cosa que se les ocurre
como por ejemplo cambiar pañales poner los pies encima, cortarse o limarse las
uñas, etc.", explica Lola. Y nos informan además de que "las mantas
se reutilizan, pero se lavan primero, lo que no quita que aparezca algún pelo
que otro que se ha quedado enganchado".
Siguiendo por la senda de lo repugnante, Joao nos aconseja no
descalzarnos. "Si supierais lo que vemos no lo haríais: ir y volver del
baño descalzo, dejar los pañales sucios y las toallitas a los pies del
asiento... Además de una guarrería, lo de quitarse los zapatos ni siquiera está
permitido en ciertas fases del vuelo por seguridad (en caso de evacuación de
emergencia no es buena idea ir descalzo, pero sí lo es quitarse los
tacones)". De hecho, las moquetas de los aviones son sobre todo negras,
grises u azul oscuro porque las manchas (de fluidos corporales u otras) se ven
menos.
¿Quieres que te odien? "A la mayoría de auxiliares de
vuelo, lo que más nos molesta es el hecho de que pasamos un servicio de bar y,
en cuanto terminamos, recogemos y nos disponemos a hacer cualquiera de las
demás cosas que tenemos asignadas nos llaman desde el asiento porque ahora sí
les apetece un refresco", explica Lola.
Para neutralizar la comida insípida (aunque hay honrosas
excepciones). "nosotros, o al menos yo, nos llevamos la comida de casa.
Mis compis que beben café se traen el termo de casa, ya que el depósito de agua
potable (que no creo que esté muy limpio, aunque esto es una apreciación
personal) se vacía cada noche", cuenta Joao.
¿El mejor asiento posible? Para Joao, "la fila 2 DEF,
que es la primera fila del lado derecho (aunque sea la 2ª es la 1ª) porque no
tienes nadie delante y, por tanto, espacio para las piernas". ¿El peor?
Lola no duda: "Cualquiera que esté cerca de los baños por los efluvios que
se generan, el ruido de la cisterna constante y por las colas que se forman ya
que gran parte del vuelo tienes el culo de alguien a la altura de tu cara si
estás en pasillo".
Como a las modelos, a los auxiliares de vuelo se les pregunta
constantemente por secretos de belleza y contra el jetlag. Nuestras gargantas
profundas confiesan que no hay recetas secretas y que tanto ellos como sus
compañeros recurren a los básicos: litros de agua, medias de compresión... Sin
embargo, sí nos revelan una muy incómoda verdad: "Para los gases siempre
llevamos medicación propia porque te puede pasar en cualquier momento y puede
ser muy doloroso", apunta Lola. Y Joao remata: "no hay nada peor que
la aerofagia; si el día anterior has comido legumbres tus compañeros te querrán
descuartizar".
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