“FIESTAS Y TRADICIONES
FRANCESAS”
Existen en Francia como en todos los países, fiestas y
celebraciones de importancia. Sin embargo, no es el país de la fiesta, como se
suele decir de España, de los países caribeños o Brasil. Las fiestas son más
cortas, menos exuberantes y con mucho menos ambiente que sus equivalentes
españoles. Las celebraciones no ocupan la calle de la misma manera, ni hacen
tanto ruido, ni por lo tanto, ensucian tanto, ni molestan, ni paralizan las
ciudades y los pueblos como en España o América Latina. En ese sentido son
fiestas y celebraciones más europeas y, por lo tanto, más aburridas.
Para empezar las fiestas son nacionales, habiendo muy pocas
puramente locales o regionales. Además, dada la poca presencia de la religión,
las fiestas religiosas se reducen a la mínima expresión (Navidad, Todos los
Santos…). En París prácticamente no existen, de hecho, los días festivos no se
consideran fiesta sino vacación, es decir no laboral. Por ejemplo, el 1 de mayo
no es fiesta, es el día del trabajo, hay manifestaciones y se recuerdan los
problemas sociales. Pero a nadie se le ocurre salir por la noche a tomarse unas
copas. Los viernes y los sábados el ambiente nocturno es un poco mayor, pero
fuera de las grandes discotecas no se nota y pronto se termina. Por ello no
vayan a Francia pensando en repetir las salidas nocturnas que realizan en su
ciudad, será prácticamente imposible.
Todo esto que les hemos dicho no es cierto, en determinadas
fechas señaladas, o durante ciertos periodos o fiestas concretas. Por ejemplo,
en París la gente sale masivamente a la calle el 14 de julio, fiesta nacional
francesa, el 31 de diciembre, fin de año, Reveillon, y durante la nuit blanche,
normalmente en octubre. En esos días hay mucha gente en la calle, pero olvídese
del ambiente y el desmadre de España, por ejemplo. Francia es un país para
visitar, para disfrutar de su naturaleza, de sus ciudades y su cultura, pero no
para salir de fiesta.
Con esto no queremos decir que no existan celebraciones de
interés, las hay y muchas, pero se orientan hacia la cultura, la fiesta
gastronómica, ponderada siempre, el concierto musical, etc. También es cierto
que hay excepciones.
Las celebraciones
nacionales.
Además de la conmemoración de la toma de la Bastilla, se
celebra el 11 de noviembre, el día del Armisticio que puso fin a la I Guerra
Mundial; el desembarco de Normandía el 6 de junio, Halloween la noche del 31 de
octubre, la fiesta de la música, etc. Normalmente están relacionadas con la
historia y la memoria histórica, algo de lo que deberíamos aprender.
Suele haber actos públicos, se canta la Marsellesa y se
pasea, nada de aglomeraciones alcohólicas, por tanto, interesantes desde el
punto de vista histórico y cultural, peor aburridas si lo que se espera es una
juerga.
El Carnaval
El Carnaval no es especialmente celebrado, excepto en los
departamentos de Ultramar, de Martinica, Guayana Francesa, Guadalupe y La
Reunión. En la Francia continental destacan sobremanera el Carnaval de Niza, el
más importante del país, con más de un millón de visitantes y dos semanas de
fiesta y espectáculo. Y también los Carnavales del norte de Francia, sobre todo
el de Dunkerque, y menos el de Lille.
Celebraciones locales
Todas las ciudades y los pueblos conmemoran hechos nacionales
o locales. A veces encontramos acontecimientos particulares, como el recuerdo
de una batalla, de la llegada de los romanos, fiestas medievales,
representaciones de teatro de calle, etc. Otra vez nos encontraremos con
pequeñas celebraciones, muy encuadradas y que no son muy vivaces, dada la
ausencia del ambiente de calle que se encuentra por cualquier ciudad española o
latinoamericana. Ese es el elemento clave, ya normalmente los bares cierran
pronto, los restaurantes muchas veces no abren los domingos y a las 10 las
ciudades parecen ya dormidas. Las fiestas, de alguna manera, continúan ese
habito.
Excepciones.
Como en todo hay excepciones. A veces tienen que ver con
periodos vacacionales y lugares como la costa mediterránea donde se junta mucha
gente durante el periodo estival. Otras veces se trata de grandes conciertos o
festivales de música rock, rap o electrónica donde se reúnen miles de personas.
Finalmente hay ciertas excepciones donde durante un corto
periodo de tiempo podemos ver a miles de personas invadiendo la calle.
Citaremos dos excepciones que por su cercanía y por su regusto a tauromaquia
recuerdan a España. Es más, su nombre es español, se trata de las Ferias de
Nimes y Bayona. Fiestas conocidas en toda Francia, donde una muchedumbre toma
las calles en la que encontramos los típicos o casetas donde el alcohol y la
música corren a raudales. ¿Curioso verdad? En resumen, a Francia se va a
aprender y disfrutar intelectualmente, incluso durante las fiestas.
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