“TODO LO QUE NECESITAS
SABER DE VIENA”
LA
CIUDAD
Muchos
de los vieneses de adopción se refieren a la capital austriaca como un “pueblo
grande”, una capital europea de extensión asequible y ritmo de vida lento, pero
no tedioso, donde la gente puede apreciar y disfrutar la calidad de vida que
ofrece, ya sean residentes o visitantes. Pero, sobre todo, Viena cuenta
con atractivos para todos los gustos. Desde callejuelas que rememoran su gran
pasado histórico como epicentro del Imperio Austrohúngaro y sede de una de las
grandes familias europeas, los Habsburgo, hasta un barrio dedicado a la cultura
–el Museumsquartier–,
los conciertos de la Filarmónica de Viena
y citas más terrenales como festivales folclóricos que invitan a probar la
cerveza y vino locales. O, por qué no, la puerta de acceso perfecta para
descubrir la grandiosidad de los Alpes.
Un
recorrido clásico por Viena pasa por el Ringstraße, avenida que circunvala el
centro de la ciudad y celebró su 150 aniversario en 2015, y que acoge muchos de
los edificios históricos de la ciudad, como el Ayuntamiento (Rathausplatz 1),
los museos (gemelos) de Arte e Historia natural (en Maria-Theresien-Platz), la
universidad más antigua de habla alemana (Universitätsring 1), el parlamento
austriaco (Dr.-Karl-Renner-Ring 3) o la gran ópera estatal, la Wiener
Staatsoper (Opernring 2). El turístico Ring Tram, tranvía de estilo retro, permite
recorrer y contemplar esta avenida desde la comodidad de sus asientos, y
escuchando detalles de sus diferentes monumentos.
Al
bajar del tranvía, conviene perderse por las callejuelas de Innere Stadt, la
ciudad vieja, donde cada recoveco es una ventana al pasado y una oportunidad de
descubrir una iglesia antigua, una tienda única, o una cafetería clásica.
Además de la catedral de San Esteban (Stephansplatz 3), Steffl para los
vieneses, del siglo XII, conviene acercarse a la capilla de San Virgilio, del siglo
XIII, pero descubierta en 1973 durante las obras de construcción del metro; es
uno de los mejores ejemplos de arte gótico de la ciudad. Otra pista clásica es
el baile de los famosos caballos blancos lipizzanos en la Escuela Española de Equitación (Michaelerplatz 1).
Más
allá del céntrico anillo vienés, se puede contemplar el famoso Der Kuss (El
beso) de Klimt en el Palacio de Belvedere (Prinz Eugen-Straße 27); los
magníficos jardines del palacio de Schönbrunn (Schönbrunner Schloßstraße 47),
ligado a la famosa emperatriz Sisí y el periodo imperial de Viena, o la iglesia
de San Carlos Borromeo (Karlsplatz y Kreuzherrengasse, 1), del siglo XVIII, uno
de los ejemplos de arquitectura barroca más emblemáticos de la ciudad. Un icono
más lúdico aguarda en el distrito del Prater: un parque con espacios verdes y
la Wiener Riesenrad, la noria de Viena, que durante sesenta años fue la más
alta del mundo.
La
ciudad cambia mucho entre el invierno y el verano, sobre todo porque con el
buen tiempo Viena florece en sus numerosos espacios verdes, comienza el apogeo de los diferentes
festivales vieneses, como el Wiener Festwochen,
se suceden los eventos veraniegos en el barrio de los museos y llega una de las
citas musicales más importantes de Europa, el Donauinselfest.
La actividad cultural en los parques centrales de la ciudad, como la
Rathausplatz. Curiosamente, durante el gélido invierno vienés la ciudad no baja
el ritmo. Mercadillos de navidad ocupan las plazas vienesas desde mediados de
diciembre hasta incluso el mes de febrero. Días de bebidas y salchichas
calientes, así como de cafés y Sachertorte, las famosas tartas de chocolate y
mermelada.
DORMIR
Meliá Vienna Hotel
(Donau-City-Straße 7, +4390104). Situado en el rascacielos más alto de Austria,
este moderno hotel de cinco estrellas ofrece todas las comodidades que se
puedan desear con acceso cercano al metro (línea U1, estación
Kaisermühlen-VIC). Las vistas sobre el Danubio, la Mexicoplatz y la ciudad
Viena hacia el Oeste y el complejo de Naciones Unidas y el Centro Internacional
de Viena hacia el Este son inigualables, así como la oportunidad de ver las
entrañas de la DC Tower. Precio: desde 125 euros.
NH Wien City
(Mariahilfer Straße 32, +4312675433). Hotel de cuatro estrellas en pleno
corazón de MaHü, la remodelada Mariahilfer Straße (metro U3, para Neubaugasse).
Además de dar acceso a comercios y museos en MaHü, se a unos 10 minutos a pie
del centro de la ciudad y de la estación Oeste de trenes (Westbahnhof).
Habitaciones desde 70 euros.
Hotel Sacher Wien
(Philharmoniker Straße 4, +43 514560). El hotel del pastel Sacher o Sachertorte
original (se puede comprar aquí) es también uno de los hoteles más lujosos del
mundo, y un resquicio del gran pasado imperial de la capital austriaca. Cuenta
con spa de chocolate y una magnifica ubicación frente a la Opera de Viena
o el museo Albertina. Las habitaciones, eso sí, a partir de 420 euros.
25hours Hotel (Lerchenfelder Straße 1, +43521510). Junto al
MuseumsQuartier y muy cerca del centro de Viena, este modernísimo hotel de
diseño innovador se inspira en las muchísimas atracciones burlescas de la
ciudad para ofrecer una experiencia realmente diferente. Precio: desde 80
euros.
Das Hotel 1060 (Webgasse 23, +435954357). Hotel de diseño
moderno a tiro de piedra de Mariahilferstraße y de Wesbahnhof, la estación de
trenes del Oeste, nuevo y con amplias habitaciones. Además de la ubicación, la
decoración de los espacios comunes es sin duda uno de los atractivos de este
hotel. Precio: desde 60 euros.
COMER
Griechenbeisl (Griechengasse 9, +435331977). Este es el
restaurante más antiguo de Viena, con un servicio ininterrumpido desde 1447.
Gran cantidad de personajes históricos han pasado por su comedor, algunos de
los cuales han dejado su seña en las paredes y techos de la habitación Mark
Twain (incluyendo la firma del propio escritor estadounidense). Griechenbeisl
sirve todas las especialidades austriacas, de vez en cuando amenizadas con
música folclórica.
Zwölf-Apostelkeller
(Sonnenfelsgasse 3, +435126777). Traducido como “el sótano de los doce
apóstoles,” este restaurante es uno de los keller (literalmente sótanos) y
stadtheuriger (bodega urbana) más famosos y pintorescos de Viena. La sala
principal, de estilo gótico, data del siglo XV. Aquí todo es genuinamente
austriaco, incluyendo los vinos y los ingredientes de sus platos. Aunque fue
fundado en 1339, diversos altibajos en los últimos siglos lo dejan solo como
uno de los restaurantes más antiguos de Viena.
Esterhazykeller (Haarhof 1, +435333482). A este sótano se
accede desde una plaza tranquila en pleno centro histórico de Viena. Abierto en
1683, el Esterhazykeller, que lleva el nombre de la casa Esterházy (famosos
también por su tarta y vinos), es un perfecto ejemplo de keller donde el
comensal puede probar lo más tradicional de la cocina centroeuropea.
Das Schick (Parkring 12, +4351480417). Este moderno
restaurante ocupa la azotea del hotel Parkring, lo que le otorga unas vistas
fabulosas de Viena. El menú fusiona las cocinas austriaca y española, con vinos
de ambos países.
Gerstner
(Kärntner Straße 51, +435261361). Además de cafés y dulces, la famosa
pastelería Gerstner tiene un estupendo restaurante dentro de palacio Todesco,
de estilo historicista y construido en el siglo XVIII por Theophil von Hansen y
Ludwig Förster. Los brunchs de los domingos son legendarios, y no solo por
las vistas al edificio de la opera o la música de piano en directo.
Zum Wohl (Stumpergasse 61, +435953166). Este local
cercano a Mariahilferstraße tiene como meta servir platos aptos para celiacos e
intolerantes a la lactosa. Las especialidades son austriacas y en su mayoría
orgánicas, incluyendo la cerveza sin gluten. Los propietarios regentan en la
misma calle una pizzería, Alla salute, que sigue la misma filosofía. ¡A la
salud!
Swing Kitchen (Schottenfeldgasse 3). Esta hamburguesería se
ha propuesto demostrar que una hamburguesa vegana puede ser tan sabrosa o más
que una de carne. Pero además de un punto de vista culinario, Swing Kitchen
tiene una filosofía ecológica. Los dos mil millones y medio de litros de agua
que han ahorrado con sus hamburguesas veganas desde su apertura en 2015 lo
atestiguan.
Figlmüller (Wollzeile 5 y Bäckerstraße 6, +435126177).
Este local lleva más de cien años sirviendo su famoso Wiener Schnitzel
(escalope de ternera, a veces de cerdo), que se fríe en tres sartenes
diferentes y con aceites a diferente temperatura. El Schnitzel va acompañado de
la tradicional ensalada de patatas.
Bierfreihof Napoleon
(Kagranerplatz 33, +432033400). Un local de cervezas en el distrito 22 de la
ciudad. Ideal para degustar platos vieneses, especialmente en las noches de
verano, ya que tiene una terraza-jardín.
Omnom Burger (Wiedner Hauptstraße 125, +436607071015).
Aquí se sirven las mejores hamburguesas de Viena y se acompañan de cervezas
artesanales locales y regionales. El nombre del local viene de la onomatopeya
“ommm”, que es más o menos el sonido de satisfacción que emiten sus comensales
al probar sus hamburguesas.
LA
NOCHE
B72
(Stadtbahnbogen 72, +434092128). Este local de copas se encuentra bajo la línea
6 del metro, en la parada de Alser Straße (parte del suburbano vienés circula
por lo que eran las antiguas murallas, a bastante altura del suelo). Música
alternativa, actuaciones en directo, dos plantas donde darlo todo bailando y un
balcón para relajarse.
Chelsea (U-Bahnbögen 29-30, +434079309). Con un toque
muy británico (como no podía ser de otro modo), este bar también se encuentra
en los soportales de la línea 6. Actuaciones en directo y partidos de fútbol
(no deja de ser un local británico) completan su oferta.
Pratersauna (Waldsteingartenstraße 135). Alojado en una
antigua sauna, en verano la piscina es parte del atractivo del local. Música
techno y electrónica son la marca característica de esta sala de fiesta poblada
por hípsters.
Palmenhaus (Burggarten 1, +435331033). Adyacente al
palacio de Hofburg, en pleno centro de Viena, encontramos la Palmenhaus, un
antiguo invernadero de estilo art nouveau reconvertido en cafetería por las
tardes y bar de copas por las noches. Ideal para disfrutar de un trago rodeado
de plantas exóticas.
Motto am Fluss (Franz-Josefs-Kai 2, +4325255). Aquellos que
decidan visitar Bratislava en barco desde Viena abordarán el barco desde el
Motto am Fluss, una joya arquitectónica en uno de los canales del Danubio que
por la noche se convierte en un restaurante y local de copas con vistas al
canal.
Graben30
(Graben 30, +439346688). Una de las referencias clásicas de la noche vienesa,
ideal para una cena y unas copas. El diseño y la decoración combinan un estilo
urbano y moderno e industrial. La segunda planta, con vistas a la calle Graben,
propone noches de cócteles y sesiones de DJ.
Das Loft
(Praterstrasse 1, +43906168110). Desde su bar, el hotel Sofitel ofrece una de
las vistas más icónicas de Viena. Vinos franceses y austriacos, así como
coctelería y combinados animan su fabulosa panorámica de la ciudad.
Onyx Bar (Stephansplatz 12, +4324188). Situado justo
en frente de la catedral de San Esteban e integrado en el hotel DO & CO, el
Onyx Bar ofrece vistas como ningún otro bar en toda la ciudad.
QUÉ
HACER
Arquitectura
moderna y contemporánea. Además de edificios imperiales, Viena está en la
vanguardia de la arquitectura. La ciudad tiene obras de varios premios
Pritzkers, los galardones más prestigiosos dentro del mundo de la arquitectura.
Algunos ejemplos incluyen el nuevo campus de la Universidad de Economía de
Viena (Welthandelsplatz 1), cuya biblioteca y edificio central fueron
proyectados por Zaha Hadid; un conjunto de viviendas en el distrito novena
conocido como Zaha-Hadid-Haus (Spittelauer Lände 10), también de Hadid; la
Haas-Haus de Hans Hollein (Stephansplatz 4), situado en frente de la catedral
de San Esteban y otrora denostado por su modernismo en un ambiente histórico;
el edificio Sofitel (Praterstraße 1), diseñado por Jean Nouvel; o los
reformados edificios industriales de Gasometer (antiguos gasómetros), también
con la participación de Nouvel. Otras curiosidades incluyen los edificios
inspirados en el trabajo del artista Friedensreich Hundertwasser, como la
KunstHausWien (Untere Weißgerberstraße 13) o la Hundertwasserhaus (Kegelgasse
36-38), o la incineradora y generadora eléctrica de Spittelau (Spittelauer Lände
45). Se puede finalizar esta lista añadiendo, por ejemplo, el American Bar
(Kärntner Straße 10, +435123283) o la Looshaus (Michaelerplatz 3), ambos
diseñados por Adolf Loos, el edificio Secesión (Friedrichstraße 12) de Joseph
Maria Olbrich, todos estos últimos exponentes del Art Nouveau, el Modernismo y
el movimiento de Secesión.
Un
Wiener Melange. Los cafés vieneses, declarados bien de interés cultural por la
Unesco, han sido desde hace siglos lugares de encuero donde intercambiar y
debatir ideas (y devorar dulces). Con más de 2.500 cafés y una tradición de
cerca de 300 años, ofrecer una lista de cafés podría resultar un ejercicio
interminable, pero algunos deben ser mencionados por su reputación. Por
ejemplo, el Café Central (Herrengasse 14, +435333763), frecuentado en tiempos
por Hitler o Trotsky, o el Café Landtmann (Universitätsring 4, +4324100100), el
predilecto de Sigmund Freud. De similar estilo, pero ajenos a circuitos
turísticos, son el Café Ritter (Mariahilfer Straße 73, +435878238), el Café Sperl
(Gumpendorfer Straße 11, +435864158) o el Café Hawelka (Dorotheergasse 6,
+435128230). Para quien priorice el café (no la cafetería), no debe pasar por
alto locales más modernos como Brass Monkeys (Gumpendorfer Straße 7,
+438908335), un pequeño local con excelentes cafés y tartas veganas, o
CoffeePirates - Vienna Coffee Roasters (Spitalgasse 17), una cafetería hípster
donde disfrutar de un buen café tostado en la trastienda. El café vienés
tradicional es el Wiener Melange, largo de café, con leche y coronado con
espuma y polvo de cacao. Bebida predilecta de los conductores de carruajes, los
Fiaker, esta espuma mantenía la bebida caliente durante los duros meses de
invierno, aislando el café del frío.
La
capital mundial de la música. Muchos de los grandes nombres de la música
clásica, desde Beethoven a Mozart, han pasado por esta ciudad con míticas salas
de conciertos que deben visitarse. Destacan la Musikverein (Musikvereinsplatz
1), sede de la Filarmónica de Viena (que en 2017 cumple su 175 aniversario), o
la Wiener Konzerthaus (Lothringerstraße 20), para las que se aconseja reservar
con antelación y vestir de manera elegante. Pero para disfrutar de grandes
conciertos en Viena no hace falta gastar mucho dinero. La Filarmónica de
Viena, posiblemente la orquesta más famosa del mundo, puede disfrutarse gratis
el día del Concierto de Verano(Sommernachtskonzert),
en los jardines del Palacio de Schönbrunn. El Musikverein y otras salas
ofrecen entradas de última hora o sin asiento desde cinco euros. Varias
asociaciones y empresas ofrecen conciertos orientados a turistas a precios muy
asequibles. Las entradas se pueden comprar a vendedores fácilmente reconocibles
gracias a sus atuendos dieciochescos (pelucas barrocas incluidas) en varias
zonas de la ciudad (por ejemplo, en Stephansplatz, Michaelerplatz, o
Maria-Theresien-Platz). Estos conciertos son legítimos y, en ocasiones,
funcionan como ensayos de orquestas profesionales. Para completar el recorrido se
puede visitar la Haus der Musik,
la Casa de la Música (Seilerstätte 30, +435134850), un museo interactivo sobre
el sonido y la música.
La
Viena más internacional. Los vieneses dicen que las tierras allende el Danubio
no son Viena. La zona este de la ciudad es sin embargo vibrante y ofrece muchos
atractivos para una visita turística. La Donauinsel, una isla artificial y uno
de los pulmones verdes de Viena, o dos de los edificios más altos de Austria, la
Donauturm (con su restaurante giratorio) y la DC Tower, diseñada por el
arquitecto francés Dominique Perraul, están en la Donau City. Pero quizá el
mayor atractivo de esta zona sea una de las sedes de Naciones Unidas, una de
las prestigiosas sedes de organismos Internacionales que acoge la ciudad. Hay
visitas guiadas que realizan un recorrido por muchas de ellas, ofreciendo
bastante información sobre sus objetivos y trabajo desarrollado.
Tras
los pasos de Holly Martins y Harry Lime. El tercer hombre, protagonizado por
Joseph Cotten y Orson Welles, fue filmado en Viena en 1948. Hoy, un recorrido a pie guiado
(Karlsplatz/Girardipark) permite recorrer parte del alcantarillado vienés, incluyendo
la trayectoria subterránea del rio Wienfluss, un pequeño afluente del Danubio,
o la noria de Viena y el museo dedicado al clásico del cine negro de Carol
Reed.
La
Viena Roja. Aunque en las últimas elecciones presidenciales el candidato de
extrema derecha le ha pisado los talones al ahora Presidente Van der Bellen,
antiguo líder del partido verde, Viena ha sido conocida en el pasado por sus
políticas sociales. En los años 20 y 30 del siglo pasado, en plena crisis tras
el desmembramiento del Imperio Austrohúngaro, los primeros gobiernos
socialdemócratas de la nueva república austriaca tenían mejorar las condiciones
de vida de la clase obrera entre sus objetivos principales. Viena tenía
entonces unos dos millones de habitantes (unos 200.000 más que ahora), y la
ciudad se embarcó en la construcción de más de 60.000 viviendas sociales de
calidad para las clases populares. Así se levantaron diversos Höfe, patios en
alemán, en referencia a los patios interiores y espacios abiertos
característicos de estos edificios, siendo el primero de ellos el
Metzleinstalerhof (Margaretengürtel 90-98), y destacando el Sandleitenhof
(Matteottiplatz 4). Sin embargo, la joya de la corona es el Karl-Marx-Hof
(Heiligenstädter Straße 82), a poca distancia de la zona de Grinzing.
Arquitectos importantes como Adolf Loos u Otto Wagner diseñaron muchos de estos
edificios. Los Höfe están repartidos por toda la ciudad y son fácilmente
identificables por sus fachadas de color marrón pálido y el escrito Wohnhausbau
der Gemeinde Wien junto a la fecha de construcción. La tradición de vivienda
social ha dejado huella en Viena y hoy en día una parte muy importante de las
viviendas nuevas continúan la tradición de los Höfe.
Cultura
y museos. Desde Brueghel a Velázquez, pasando por Durero, El Bosco, Klimt,
Monet, Picasso, Rembrandt, Renoir, Rubens, o Tiziano, y con obras del siglo XV
al XXI, la oferta cultural de Viena puede competir con capitales como Madrid,
Londres o Paris. Los grandes museos de arte de la ciudad son el Kunsthistorisches Museum
(Maria-Theresien-Platz), Albertina
(Albertinaplatz 1), y Secesión (Friedrichstraße 12). El Kunsthistorisches
Museum también alberga la Kunstkammer, la Cámara de Arte de Viena, reabierta en
2013 y con más de dos mil objetos de arte coleccionados por la Casa de
Habsburgo. Otros dos museos altamente recomendables son el Wien Museum (Karlsplatz 8), donde podemos conocer no solo
la historia de la ciudad, sino también el trabajo y obra de vieneses en
diferentes ámbitos culturales, y el Weltmuseum (Heldenplatz), el museo de etnología de
Viena, que entre otros tesoros aloja el famoso Penacho de Moctezuma, así como
más de 400.000 objetos e imágenes recogidos en las numerosas expediciones
globales financiadas por los Habsburgo, o parte de los objetos recogidos por el
explorador británico James Cook.
Diseño
y compras. Recomendamos cuatro calles con multitud de tiendas, desde ropa hasta
joyería pasando por antigüedades, recuerdos o exquisiteces nacionales. En el
centro tenemos las calles Graben, Kohlmarkt y Kärntner Straße, a las que se
accede desde Stephansplatz, con presencia de grandes marcas, productos de
diseño y exclusividad. MariahilferStraße o MaHü completa el recorrido. Esta última,
recientemente peatonalizada, reúne multitud de marcas y ofertas para todos los
gustos, varios centros comerciales, museo, cines y restaurantes. Ideal para
pasear y tomarle el pulso a la ciudad. Por último, y en los aledaños de MaHü,
merece mucho la pena perderse por Neubau, el séptimo distrito, una de las zonas
más hípsters de la ciudad. Aquí podemos encontrar tiendas alternativas,
biológicas y ecológicas, con productos locales y regionales, o tiendas
tradicionales donde los productos aún se hacen a mano. Recomendamos recorrer
Neubaugasse y echar un ojo a Spittelberg, uno de los mejores ejemplos austriacos
de arquitectura Biedermeier.
El
lado más oscuro de Viena. Los austriacos, y en particular los vieneses, tienen
una relación un tanto peculiar con la muerte (aquí se decora al difunto para
que entre presentable a la próxima vida), incluso esta ha dado vida a un género
musical, las Wienerlieder. Para Georg Kreisler (un artista vienés de los años
cincuenta del siglo XX), la muerte debe de ser vienesa. Zentralfriedhof, el cementerio central de Viena (Simmeringer
Hauptstraße 234, +4353469), está a punto de cumplir 125 años de historia.
Parcialmente levantado en estilo art nouveau, es una auténtica joya y está
dominado por una iglesia de San Borroneo, levantada por Hegele y con una
distintiva bóveda. En Zentralfriedhof, por ejemplo, encontraremos las tumbas de
Beethoven, Schubert, Johann Strauss padre e hijo, Brahms, Falco, Loos, o el
monumento honorario a Mozart (ya que éste fue enterrado en una fosa sin nombre
en el St. Marx Friedhof, el cementerio de San Marcos - Leberstraße 6-8 -, de
estilo Biedermeier). Los numerosos mausoleos son de una gran riqueza
arquitectónica, y entre ellos destaca la sección dedicada a los judíos. Otra
curiosidad del inframundo es Friedhof der Namenlosen, el cementerio de los sin
nombre (Alberner Hafen), donde unas 500 personas anónimas encontradas mueras a
orillas del Danubio entre 1840 y 1900 yacen enterradas.
De
vinos en Viena. Después del escándalo de los años 80, los austriacos
redescubrieron el modo de hacer vino y hoy en día en Viena se producen
elaboraciones de gran calidad, de forma artesanal, y en pequeñas cantidades.
Cada cosecha es personal, y cada vinicultor ve su vino como un reflejo de sí
mismo, lo que otorga personalidad y orgullo a estos pequeños productores. La
cultura vinícola está muy desarrollada en Austria. Cualquier local ofrece
tintos y blancos de variedades locales (destacan la Zweigelt y la Blaufränkisch
para tintos, y la Grüner Veltiner para blancos), además de vinos
internacionales (es fácil encontrar Riojas). Un vino especialmente vienés es el
Gemischter Satz, hecho de hasta 20 variedades diferentes plantadas en el mismo
viñedo (lo que lo diferencia de un cuvée o multivarietal). Dentro de la ciudad
es recomendable visitar la bodega Villon
(Habsburgergasse 4, +439679129), que con sus cuatro plantas a dieciséis metros
bajo las calles de Viena lleva ofreciendo vinos desde hace más de 500 años, o
la bodega del Palacio de Coburg
(Coburgbastei 4, +43518180), con más de 60.000 botellas. Ambas bodegas ofrecen
catas, pero se recomienda reservar con antelación.
Pero
en Viena lo realmente especial son los Heuriger, las tabernas de vino que
ofrecen producción local. Casi todos se encuentran en los límites de la ciudad
(destacan por sus vistas las de la zona oeste), entre viñedos y bosques.
Destaca el distrito de Grinzing (que como el pueblo Hallstatt, también ha sido
reproducido fielmente en China), donde se encuentran decenas de Heuriger como Müllers (Cobenzlgasse 38, +433206271), una taberna
que aúna el estilo tradicional con la modernidad, con un excelente jardín, o Buschenschank Stift
St. Peter (Rupertusplatz 5, +434864675), donde
llevan haciendo vinos más o menos mil años. En Neustift, zona bodeguera,
podemos visitar Wolff (Rathstraße
46, +434402335), otro gran ejemplo de este tipo de locales.
Salchichas
y cervezas. Los puestos callejeros de salchichas son tan vieneses como la tarta
Sacher. Algunos llevan más de cien años en sus ubicaciones sirviendo Würstel o
salchichas. La salchicha más famosa es la Wiener Würstel, alargada y a menudo
servida en parejas. La Käsekrainer, rellena con queso, es otra de las
tradicionales, y entre las más atrevidas están la Blunzn, que es casi una
morcilla de sangre, o la Berner Würstel, rellena de queso y cubierta con
tocino. La salsa para acompañar una salchicha es siempre la mostaza (aunque
nadie va a mirarle a uno mal si se prefiere kétchup), y el pan, un Semmel.
También hay que mencionar el Bosna, que en esencia es un perrito caliente en un
pan grande. Como nota curiosa, en dialecto austriaco wurst, además de
salchicha, viene a significar que uno pasa de todo o que le importa un pepino,
por no usar una expresión más vulgar. Así, el nombre de Conchita Wurst, la
ganadora del festival de Eurovisión de 2014, tiene un divertido doble
significado.
Paseos
en Fiaker. Los fiaker son carruajes antiguos tirados por caballos y con cochero
ataviado con traje de época. Tanto en el centro de la ciudad (en Stephansplatz
y en Michaelerplatz), como en el Palacio de Schönbrunn se pueden alquilar
recorridos que mantienen viva una tradición muy vienesa, y aunque la ruta (de
unos 20 minutos) no bajará de 50 euros, descubrir la ciudad al ritmo del
claqueteo de los cascos de un caballo le transporta a uno al pasado.
Viena
salvaje. La capital austriaca cuenta con muchos espacios verdes y toda la zona
oeste es un gran bosque, cuyos recorridos a pie son fácilmente accesibles ya
que todos empiezan o acaban en alguna parada de metro. La ciudad de Viena
mantiene nueve rutas dentro o en los alrededores de la ciudad; los de Kahlenberg y Leopoldsberg ofrecen
vistas inigualables. Viena es también la única capital mundial con un parque
nacional dentro de sus límites, el de Donau-Auen,
a orillas del Danubio. Si se dispone de un coche se puede visitar también el lago Neusiedlersee,
a unos 50 kilómetros de Viena, uno de los más grandes de Centroeuropa. Sus
orillas Este y Sur (parques nacionales en Austria y Hungría) son destino
predilecto para los amantes de la observación de aves, ya que el lago sirve
como punto de descanso para multitud de especies migratorias y autóctonas.
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