miércoles, 5 de diciembre de 2018


“QUE VER EN GINEBRA EN UN FIN DE SEMANA”

¿Qué ver en Ginebra? Más bien lo que no podrás dejar de ver: el Jet d’eau

Desde el mismo lago de Ginebra –Lac Léman–, desde el pont du Mont-Blanc, desde las torres de la catedral, desde el Mont-Salève –en la vecina Francia–, desde el avión al llegar a la ciudad, o desde casi cualquier calle… El Jet d’Eau, el chorro de agua de 140 metros que se ha convertido en el símbolo de la ciudad no es algo que tengas que ver en Ginebra, es algo que no podrás dejar de ver, aunque no quieras. Y que tampoco podrás dejar de ver, porque parece tener un efecto hipnótico…


El reloj de flores y las tiendas de relojes de lujo: ¡no hay excusas para llegar tarde!

Ginebra es la ciudad de la relojería de lujo por excelencia. Si no puedes permitirte uno o los relojes de lujo no son lo tuyo, siempre puedes pararte a curiosear delante de una de las vitrinas de las calles aledañas al lago, como las del Quai Gustave-Ador. Patek Philippe, Rolex, Omega, TAG Heuer, Breitling, IWC… ¡Hay para todos los gustos!

Y si no, ¡ahí está el reloj de flores! Otro de los símbolos de Ginebra, también de los más precisos –está sincronizado vía satélite–, con su decoración floral que cambia cada temporada. Además de eso, verás relojes en prácticamente todas las esquinas: ¡lo de la puntualidad suiza no es un mito!

La Cité du Temps y su exposición de relojes Swatch: busca el tuyo…

En la Cité du Temps los relojes que puedes ver no son de lujo, son de los más cercanos que pueda haber porque… ¿quién no ha tenido un Swatch alguna vez? Yo no recuerdo cuántos tuve –y cuántos perdí–. Una exposición –gratuita, ¿qué más se puede pedir? – de todos los modelos de esta casa desde 1982 hasta hoy en día, ¿encontrarás el tuyo? Nosotros encontramos algunos de los nuestros…


La catedral de San Pedro y la vista del lago de Ginebra desde sus torres

La catedral de San Pedro –Saint-Pierre– de Ginebra se empezó a construir en el siglo XII y tiene una mezcla de estilos muy peculiar. Bajo su suelo se visitan excavaciones arqueológicas que te permiten conocer las primeras iglesias que se construyeron aquí desde el siglo IV.

Dentro te encontrarás desde los más de 300 capiteles esculpidos en diferentes épocas hasta la silla de madera usada por Calvino, que la adoptó como iglesia madre en la Reforma protestante. Y luego está la subida a las torres con las magníficas vistas de Ginebra y de su lago. ¡Un todo en uno!

Una vuelta por el centro histórico de Ginebra y sus callejuelas y fuentes

Algo que tienes que ver en Ginebra por obligación es el centro histórico. Sus callejuelas, a pesar de ese orden y pulcritud tan suizos que a veces parecen un poco exagerados, tienen mucho encanto. Tres buenos sitios para empezar son la Gran-Rue, la Place du Bourg-de-Four y la Rue de l’Hôtel-de-Ville, donde está el Hôtel-de-Ville, sede del cantón de Ginebra, a cuyo patio merece la pena asomarse.


La maqueta de la Maison Tavel: la Ginebra que fue

Ahí, en el centro histórico, está la casa más antigua de Ginebra: la Maison Tavel. Su sala más interesante está en la última planta: ahí puedes encontrar una gran maqueta de la Ginebra de antes de 1850, cuando todavía conservaba sus fortificaciones. Es, sin duda uno de los museos de Ginebra que recomendamos visitar.

El Parc des bastions con su ajedrez gigante y el muro de los reformadores

Poco fuera del centro histórico, se baja hacia el Parc des bastions, donde entretenerse mirando a los señores mayores jugando con sus enormes piezas de ajedrez.

En el mismo parque está el llamado “muro de los reformadores”, oficialmente Monumento internacional de la Reforma. Cuatro de los grandes protagonistas de la Reforma, Juan Calvino, Guillaume Farel, Théodore de Bèze y John Knox sobresalen de la piedra en un gigante bajorrelieve. El lema de Ginebra, Post Tenebras Lux –Después de las tinieblas, la luz– los acompaña. Otro de esos rincones peculiares que tienes que ver en Ginebra y que se han convertido en sus iconos.


El barrio Pâquis, el Quai du Mont-Blanc y un chapuzón en los Bains des Pâquis

El barrio de Pâquis, al otro lado del lago respecto al centro histórico, es la primera zona donde se establecieron los muchos inmigrantes llegados a la ciudad suiza. Sigue habiendo mucha inmigración, restaurantes étnicos, bares, hoteles e… incluso un mini “barrio rojo”. Además, un poco más al norte, están dos de los más grandes y bonitos parques de la ciudad: el Parc Mon Repos y el Parc de la Perle du Lac, uno al lado del otro.

Pero lo que nos llevó a nosotros allí fueron los Bains des Pâquis, en el antiguo muelle del barrio. Todos los ginebrinos parecen reunirse aquí: en verano a darse un chapuzón en el lago y en invierno a por una sauna y unas fondues de queso. El precio, muy popular, y más para Suiza: ¡2 francos! Una de las experiencias que recomendamos en nuestro fin de semana en Ginebra en pareja.


La Jonction: la playa de los ginebrinos y el “encuentro de las aguas” de la ciudad

Pero hay otra “playa” más menos céntrica y casi tan concurrida en verano como los Bains des Pâquis: es la de “La Jonction”, donde se encuentran las aguas de los dos ríos de Ginebra: el Arve y el Ródano. Gran ambiente playero, con chiringuitos incluidos, rafting por el río, música… si vas en verano, es tu sitio.

Todo el año, incluso en invierno, puedes subir al viaducto de la Jonction –cuando fuimos nosotros estaba cerrado por obras–, para ver cómo se mezclan las aguas de colores tan diferentes de los dos ríos.

El distrito internacional de Ginebra y el Palacio de las Naciones

Otro barrio que no puedes perderte es el distrito internacional de Ginebra, donde se encuentra el Palacio de las Naciones, sede europea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la segunda más importante del mundo tras la de Nueva York. La que le dio a Ginebra el apelativo de “ciudad de la paz”. Hay visitas guiadas al edificio, en la web oficial de la ONU puedes encontrar información.


Visitar el CERN y alucinar con sus instalaciones y sus científicos

Si quieres pasear al lado de algunas de las mentes más brillantes del planeta, e incluso charlar con ellas, tu lugar en Ginebra es el CERN. El lugar donde se encuentra el acelerador de partículas más grande del mundo, donde nació Internet, donde se descubrió el bosón de Higgs –la “partícula de Dios”– y donde es probable que en ese mismo momento en el que estés tú de visita se esté haciendo un descubrimiento en física teórica de alcance mundial…

Conocer una Ginebra diferente: Carouge y el quartier des Bains

El centro histórico, Les Pâquis, el distrito internacional… todos los barrios de Ginebra tienen caracteres muy diferentes. Como Carouge y el quartier des Bains.

El primero es el “Greenwich Village” de Ginebra, con su mercado de los miércoles en la place du Marché, sus pequeñas tiendas de diseño, sus tiendas de artistas, sus bares y sus casitas de colores.

Y el segundo es el barrio del arte contemporáneo. Todas las galerías de arte contemporáneo más importantes de la ciudad están aquí –se puede hacer un recorrido por ellas, más información en la web oficial de la asociación QuARTier des Bains– junto al MAMCO –Musée d’art moderne et contemporain, Museo de arte moderno y contemporáneo– y el Centre d’Art Contemporain Genève, Centro de arte contemporáneo de Ginebra.


Alucinar con los relojes antiguos del museo Patek Philippe

En el quartier des Bains no hay sólo arte contemporáneo. También hay otros museos muy interesantes. Uno de ellos es el museo Patek Philippe, el museo de una de las marcas de relojes de lujo más prestigiosas de Ginebra, donde alucinamos con su colección de relojes antiguos.

Relojes de los siglos XV al XIX con diseños y funciones a las que no darás crédito. Con forma de flores, de jaulas con sus pájaros dentro, de serpiente, de escarabajo, de zueco, de mandolino, de fresas u otros mil tipos de frutas… Y luego en catalejos, en navajas suizas, en abanicos o en forma de pistola y disparando un pájaro cantarín. ¿Qué te parece?


Información práctica para viajar a Ginebra: idioma, moneda, tiempo y cuándo ir (verano o invierno), moneda, cómo llegar (aeropuerto), cómo moverse…

Aquí tienes alguna información práctica para ayudarte en tu viaje a Ginebra.

Cómo llegar del aeropuerto al centro de Ginebra: en el mismo aeropuerto hay una estación de tren que te llevará hasta la estación central, donde moverte hacia el resto de la ciudad. El billete es gratuito para todos los turistas, sólo tienes que sacar tu ticket en las máquinas que se encuentran en las salas de recogida de equipaje.

Cómo moverse por la ciudad: el centro se puede recorrer andando, pero, para llegar a otros barrios, lo mejor es moverse en tranvía, en metro o en los barcos que cruzan el lago. El transporte es gratuito para todos los turistas, con la tarjeta de transporte que se les entrega en el hotel.

Sanidad: sin duda alguna te recomendamos hacerte con el mejor seguro de viaje internacional. Aunque Suiza tiene convenio con la UE y puedes usar la Tarjeta sanitaria europea, vete preparando para pagar si lo fías todo a ella: la sanidad no es gratuita en el país.


Idioma: en el cantón de Ginebra se habla francés.

Moneda: la moneda de Suiza es el franco suizo, prácticamente en cualquier sitio se aceptan tarjetas y, en algunos, euros.

Tiempo en Ginebra y cuándo ir: las temperaturas medias en Ginebra van de los casi 0ºC de diciembre a febrero, a los más de 20ºC en julio. El verano es una buena temporada para ir: hace buen tiempo, normalmente bastante más fresco que en España –aunque a nosotros nos tocó justo una ola de calor–, y los hoteles están más vacíos, al haber más turismo de negocios. Viajar en fin de semana también es bueno por esto último. En invierno, Ginebra es una buena base para llegar a Chamonix y otras pistas de esquí en los Alpes.

Museos: si vas a entrar en bastantes, merece la pena hacerse con una Geneva Pass.

Ya sólo te queda comprar el billete de avión, ¡la ciudad de la paz te espera!

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