“RECORRER SUIZA EN TREN: NUESTRO ITINERARIO POR SUIZA DE 4 DÍAS”
Todo el mundo quiere vivir
en Suiza –según una encuesta de Gallup International–. En realidad, no es todo
el mundo, son sólo rusos, chinos, alemanes, ucranianos… y algún otro. Nosotros
no querríamos ir a vivir a Suiza, pero sí que queríamos visitarla –qué original
que queramos ir a todas partes, ¿no? –. Así que, hace ya unos cuantos años,
aprovechamos un jueves festivo, el Corpus Christi, para alargar un fin de
semana de 4 días en Suiza. Muchas ciudades que visitas, lagos que fotografiar,
miradores a los que asomarse… y todo en tren, por entonces todavía no habíamos
empezado con los roadtrips. Fuimos capaces de hacer casi todo y aquí te dejamos
nuestro recorrido en tren por Suiza.
Recorrer Suiza en tren: ¿es mejor el tren o el coche?
Suiza es un país relativamente
pequeño, lo que hace que el uso del coche pueda ser favorable por la poca
cantidad de kilómetros a recorrer y, por supuesto, por la libertad que ofrece.
Por otra parte, la red de transporte público suiza, con autobuses, trenes y
barcos, es de las mejores de Europa, lo que hace que llegar a casi cualquier
parte sin conducir sea bastante fácil. El precio tampoco ayuda a marcar la
diferencia: todo es más caro en Suiza, desde la gasolina para el coche hasta
los billetes de transporte público. Por otra parte, existen billetes especiales
de transporte público que incluyen todos los viajes durante varios días
consecutivos o no consecutivos, puedes encontrar más información sobre estos
billetes en la web de turismo de Suiza.
Recorrer Suiza en tren: nuestro itinerario por Suiza de 4 días
Antes de que nadie diga
nada: sí, fue muy agresivo y casi corrimos de ciudad en ciudad tratando de ver
lo más posible. Por supuesto se nos quedaron un montón de lugares que visitar
–todavía nos lamentamos de no haber bajado del tren en Gruyères para probar sus
quesos– pero el tiempo era el que teníamos y los vuelos llegaban y salían de
donde llegaban y salían.
Primer día. Vuelo Madrid – Basilea. Zúrich
Volamos por la mañana a
Basilea y nos encontramos con la primera sorpresa del viaje. Desde la zona
interior del aeropuerto se abrían tres puertas distintas: una a Suiza, otra a
Francia y la tercera a Alemania. Salimos hacia Suiza, claro.
Recorrimos la ciudad
visitando la catedral, Münster, donde se encuentra la tumba de Erasmo de
Rotterdam y el altstadt –el barrio medieval– con el ayuntamiento, Rathaus,
antes de ir a la estación de tren para coger nuestro primer tren suizo camino
de Zúrich.
En Zúrich paseamos por el
centro de la ciudad y vimos la iglesia Fraumünster y la catedral, Grossmünster,
para acabar asomándonos a la orilla del lago Zúrich. Antes de llegar a nuestro
hotel disfrutamos de un improvisado concierto de alforn o trompa de los Alpes
al encontrarnos con un grupo que estaba ensayando en un parque.
Segundo día. Zug, Lucerna y Berna
Tren a primera hora de la
mañana a Zug. Recorrimos el centro de la rica ciudad suiza casi en soledad,
como si todavía no hubieran llegado los actores que merece el que parece un
escenario perfecto, viendo el Zytturm y el lago.
Tren a Lucerna: Lo primero que uno quiere ver de
Lucerna es el kapellbrücke, el puente de la capilla, construido en madera en el
siglo XIV, y allá que fuimos. Después visitamos la iglesia de San Leodegario,
Hofkirche, y el lago. Quedaba algo más para acabar de enamorarnos de Lucerna:
el monumento al león moribundo.
Tren a Berna: Paseamos por la calle del mercado viendo sus
11 fuentes y llegamos a tiempo de ver en acción el reloj de la torre,
Zytglogge. Pasamos por su catedral y subimos hasta el parque de los osos y al
mirador de Rosengarten para disfrutar de la puesta de sol y de la vista de la
ciudad.
Tercer día. Friburgo, Lausana y Ginebra
Tren a primera hora de la
mañana a Friburgo. Visita al centro histórico con la catedral de San Nicolás.
Aprovechando que era el primer sábado del mes, nos acercamos al mercadillo de
artesanía de la Place du Petit-Saint-Jean y cruzamos el puente de Berne.
Tren a Lausana: En la ciudad de Lausana no podíamos
dejar de acercarnos a la sede del comité olímpico internacional y al museo
olímpico –que estaba cerrado–. De vuelta al casco histórico pasamos por la
catedral de Notre-Dame.
Tren a Ginebra: Después de pasear por las calles del
casco antiguo acabamos en el Parc des Bastions con Henri Dufour –confundador de
la Cruz Roja y autor del primer mapa de Suiza–, el muro de la reforma con las
estatuas de Bezè, Calvino, Farel y Knox y un enorme tablero de ajedrez.
Cuarto día. Ginebra.
Antes de coger el vuelo de
vuelta, nos acercamos a la sede de las Naciones Unidas en Ginebra. Paseamos por
la orilla del lago y entramos en la catedral de San Pedro.
Ya avisé de que era un viaje
muy rápido… Tenemos que volver con más calma a ver lo que se nos quedó en las
ciudades por las que pasamos y muchos lugares que dejamos fuera del itinerario
por Suiza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario